Aunque las máquinas expendedoras puedan parecer una tecnología relativamente novedosa, lo cierto es que cuentan con una larga trayectoria histórica. Probablemente estés pensando en la infinidad de instantáneas en blanco y negro que podemos encontrar del siglo diecinueve pero lo cierto es que sus orígenes se remontan a un pasado aún más remoto. Los primeros diseños datan de la época egipcia. Entonces se utilizaban para expender agua bendita y, sí, también funcionaban a través de monedas.
De forma oficial, su invención se atribuye a Herón de Alejandría. Su objetivo principal fue automatizar la venta de agua bendita en época de Tebas y del alto Egipto. Estas curiosas máquinas contaban con un sistema bastante sencillo y se ubicaban en las entradas de los templos. Aquellos visitantes que insertaban monedas de cinco dracmas podían utilizarlas para lavarse las manos y la cara antes de acceder al interior de la construcción.
Pero, ¿cómo funcionaban exactamente? El mecanismo era bastante simple y se activaba gracias al peso de la propia moneda. Cuando ésta se insertaba en la ranura movía la balanza del sistema que, al descender, abría la válvula por la que el agua salía al exterior. El proceso finalizaba cuando la moneda bajaba hasta el fondo y, entonces, la balanza recuperaba su posición original volviendo a cerrar el orificio de salida por el que se canalizaba el agua.
Si bien es cierto que se trata de un ejemplo bastante arcaico, reúne el concepto primigenio de las actuales máquinas expendedoras. No obstante, para encontrar las máquinas modernas más antiguas debemos situarnos en 1880, año en que se produjeron las primeras máquinas que funcionaban con moneda corriente. El primer diseño corrió a cargo del propietario de una editorial inglesa, Richard Carlisle y su primer objetivo fue automatizar la venta de libros sin necesidad de que un librero tuviese que estar presente.
Hubo que esperar ocho años más para que Thomas Adams lanzase la primeras máquinas expendedoras de venta en Estados Unidos. Los primeros modelos fueron instalados en el interior de las instalaciones del metro de Nueva York. Entonces, el producto que logró obtener un mayor éxito fue la goma de mascar.
A inicios del siglo veinte, las máquinas expendedoras que comenzaron a proliferar por Estados Unidos comenzaron a ofrecer una amplia variedad de artículos. Entre ellos, postales, sellos, caramelos o cigarrillos. En la década de los cincuenta apareció el primer restaurante que contó con instalaciones íntegramente en modalidad vending, se ubicó en Filadelfia y tuvo abiertas sus puertas hasta el año 1962.
Por otro lado, los diseños que contaron con automatismos propiamente dichos aparecieron a inicios de la década de 1920. Las primeras máquinas expendedoras de este tipo estuvieron orientadas a dispensar bebidas. Por primera vez, la compañía de origen californiano llamada Vendorlator Manufacturing Company agregó a sus máquinas de vending bebidas como Coca-Cola y, desde entonces se convirtieron en una tendencia.
El Vending: Un segmento de mercado altamente prometedor
El vending es un anglicismo que engloba aquellos modelos de compraventa de artículos a través de máquinas expendedoras automáticas que proporcionan una modalidad de autoservicio. El usuario no tiene más que seleccionar el producto que desea adquirir a través de la propia máquina y abonar el correspondiente precio a partir del método de pago que desee, en general, a través de una tarjeta bancaria o en efectivo. La clave de las máquinas expendedoras y la industria vending reside en su capacidad para romper con todas las restricciones que podemos encontrar dentro de establecimientos convencionales. Con independencia de la hora o día que sea, los usuarios pueden efectuar sus compras de forma instantánea.
Las máquinas expendedoras configuran una industria como tal y, además, ésta se alza como uno de los segmentos de inversión más prometedores debido a su auge global. Su proliferación responde, en parte, a que su naturaleza se adapta perfectamente a las necesidades del consumidor contemporáneo que da prioridad a aquellos sistemas que le permiten formalizar sus compras de forma segura, rápida y cómoda.
Ello no significa que el sector del vending siempre haya gozado de la misma aceptación o reputación que goza hoy. En realidad, nos encontramos ante un cambio de paradigma como tal pues el concepto de las máquinas expendedoras desde el punto de vista social ha sufrido una innegable revalorización. Mientras en el pasado éstas estaban asociadas a productos de dudosa calidad e, incluso, generaban cierta desconfianza, a lo largo de los últimos años su catálogo de productos y los modelos de negocio basados en las máquinas vending se han amplificado, no sólo en lo que respecta a su diversificación, sino también, en una creciente inversión en materia de calidad a través de la comercialización de productos cada vez más saludables y adaptados a un contexto en el que el autocuidado se convierte en un factor de compra.
