En los últimos tiempos, la informática de consumo no deja de crecer y de evolucionar. Algo que nos permite disponer de smartphones cada vez más potentes y eficientes, de nuevas soluciones para disfrutar de nuestros contenidos en streaming en cualquier parte o de ordenadores que sean capaces de procesar los juegos para PC más modernos, con los gameplays más completos y con la mayor calidad gráfica que la tecnología nos ofrece.
Este último apartado es uno de los que más dudas genera entre los consumidores que tienen que renovar su viejo ordenador y buscan un equipo capaz de procesar sus juegos favoritos con solvencia. Y es que, en paralelo a esta evolución tecnológica, también se ha producido una cierta revolución por parte de los estudios que desarrollan videojuegos, empeñados en sacar cada vez más partido a la tecnología y lograr el mejor rendimiento en sus títulos, especialmente los clasificados como AAA. Para esto es fundamental que nuestro equipo esté preparado técnicamente con los recursos necesarios para rendir como merece. Si no tienes muchos conocimientos sobre cuáles deben ser las características de tu nuevo pc para jugar, te dejamos algunas pistas sobre los aspectos en los que debes fijarte.
El procesador
Tradicionalmente el procesador es el elemento más importante a la hora de ejecutar cualquier juego, algo para lo que es recomendable recurrir a los procesadores Intel de 11ª y 12ª generación o bien a los AMD de cuarta o quinta generación. También se recomienda que estos sean superiores a las gamas Corei3 y Ryzen 3 de AMD, dado que, desde esta gama hacia las inferiores, los equipos realmente tendrían muchas limitaciones para ejecutar juegos actualmente y aún más en unos pocos años. A fin de cuentas, debemos pensar que el equipo gaming que compremos ahora debe servirnos unos cuantos años. Si el presupuesto es modesto, las gamas i5 y Ryzen 5 actuales tienen potencia para equipos de gama media, mientras que, si te lo puedes permitir, la mejor opción es optar por equipos con procesadores i7 o incluso i9 en Intel y sus equivalentes en AMD, con los que disparar el rendimiento considerablemente.
Tarjeta gráfica o GPU
Otro de los elementos claves a la hora de jugar hoy día es la tarjeta gráfica. Los juegos modernos tienen cada vez gráficos de más calidad que, en algunos casos, llegan a una resolución 4K. Obviamente, este nivel de resolución tan elevado solo te sería útil en caso de que tengas un monitor capaz de reproducir esas imágenes, en cuyo caso deberías recurrir a alguna de las tarjetas con más memoria y capacidad de procesamiento, siendo las recomendables las de 6 u 8 gigas de memoria. Si tu intención es jugar en calidad Full HD, entonces te bastarían tarjetas con unos 4 GB de memoria. No descuides tampoco la arquitectura de la GPU y su velocidad, pues estos elementos también son muy importantes para ofrecer un buen rendimiento a la hora de jugar.
Memoria RAM
La memoria RAM es el elemento en el cual se almacenan temporalmente los datos con los que trabaja el ordenador, siendo clave para obtener un buen rendimiento y agilizar el mismo. Dado el precio que actualmente tiene esta memoria, lo más razonable es apostar por 16 gigas, que son suficientes incluso para los títulos más exigentes. Respecto al formato, la solución más recomendable es usar dos módulos de 8 GB si tu placa base soporta el modo dual channel (doble canal). Además, esta memoria debe tener la frecuencia de reloj más alta posible y la latencia más reducida, a fin de optimizar el rendimiento, aunque siempre considerando tu presupuesto y el perfil de equipo que quieres montar.
El almacenamiento
Como último elemento fundamental a la hora de elegir tu equipo, hablamos del almacenamiento. Hoy día es imprescindible que cualquier ordenador gaming cuente con un disco duro SSD con una capacidad suficiente, tanto para almacenar el sistema operativo como para los juegos que quieras tener instalados en tu equipo. Piensa que los juegos cada vez son más pesados y ocupan más espacio en almacenamiento, así que disponer de un disco duro de al menos 500 gigas en este formato es una buena opción. Al respecto, es recomendable optar por un disco duro de tecnología NVMe ya que, al ir montados en placa, son bastante más rápidos que los SSD tradicionales. También es recomendable disponer de un disco duro tradicional para almacenar aquellos elementos que no necesiten optimización, tales como aplicaciones ofimáticas, archivos multimedia o cualquier otra cosa que quieras guardar en tu equipo.
Otros elementos de interés
Para terminar de montar nuestro equipo nos faltan tres elementos importantes, pero que no afectan tanto al rendimiento final de tu nuevo ordenador gaming. El primero es la placa base del equipo. Este no influye en exceso en el rendimiento, pero sí conviene que sea de una marca de calidad y que te ofrezca suficientes opciones, tanto para conectar los dispositivos que uses actualmente como para poder ampliar tu PC en el futuro. No te olvides de buscar modelos que tengan un buen sistema de refrigeración pasiva, para ayudar a la refrigeración general del equipo.
Precisamente ese es el segundo aspecto importante que vamos a mencionar. Disponer de una buena refrigeración en tu torre es fundamental para que el equipo no se sobrecaliente y no pierda rendimiento en el momento más inoportuno. Para ello, cuentas con soluciones basadas en la refrigeración líquida, actualmente la solución más potente, aunque es cierto que solo es recomendable para equipos de potencia extrema. A cambio, si combinas con inteligencia los ventiladores y creas unos flujos de aire adecuados, es posible mantener el equipo bien ventilado sin necesidad de tanta complicación.
Como tercer y último elemento tenemos que hablar de la fuente de alimentación. Esta debe tener una buena calidad, ofrecer una alimentación estable y suficiente para todos tus dispositivos y protegerlos también de posibles sobretensiones, cortes de energía y otros riesgos. Invertir en una fuente de alimentación de calidad es una solución inteligente para proteger el resto de tu equipo y mejorar el rendimiento general del mismo.
